¡ Nada!
El invierno es frío y ¡largo! Según mis fuentes (mi familia berlinesa) el invierno dura de 5 a 6 meses en Berlín...Es decir, haciendo un cálculo rapidito...hasta abril hará este frío aquí. ¡Abril! Y es que para abril en Peralta nos deshacemos del abrigo, en Tarragona empezamos a pensar en playa y seguramente en Canarias estén en casi temporada alta...Sin embargo aquí, nos conformaremos con decir adiós a la nieve...
Bueno, a lo que iba, que me pierdo. Que, o aprendo a disfrutar del frío, o me quedo en casa todo el día encerrada, y ¡no soy para nada una de esas del segundo grupo!
¿Qué hacemos entonces?
Nos vamos a un mercadito navideño: Bufanda, gorro, guantes, abrigo y botas bien abrigaditas (¡ultranecesario! ya os conté que con converse aquí no puedes sobrevivir un invierno) y ¡a ponerte tibia a glühweins!. Esa bebida tan...me gustaría decir buena, sabrosa, increíble...pero no. Diré especial. Porque la primera vez que explicas que se trata de vino caliente con canela nadie mantiene la sonrisa. Pero, como para todo, hay que imaginarse un contexto. Es de noche, las 8 por ejemplo. Y el cuerpo te pide una cervecita, pero hace -5 grados y caminas por la calle visitando (como buen alemán) un mercado de navidad. ¿qué haces? ¿compras una cerveza helada y comienzas a beberla? ¡NO! Te compras un glühwein, calentito que sirve como estufa para tus manos y mientras esperas que se enfríe un poquito vas calentándote tú. Das pequeños soplos al vaso que se convierten en oleadas de calorcito en tu cara ¿Y lo mejor de todo? A partir del segundo, cuando el alcohol llega a la sangre, empiezas a olvidarte del frío.
Son especialmente bonitos cuando ya ha oscurecido.
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