Siempre me han fascinado los idiomas...Cómo algo que en un país tiene un nombre en otro país recibe otro que nada tiene que ver, y quizás a veces tiene más sentido que en nuestro propio país. ¿No me entiendes? Yo te explico:
Cuando aprendes un idioma todo son palabras nuevas, difíciles de recordar, de pronunciar y de memorizar. Y te planteas el porqué de todo. ¿Por qué llamamos cuchara a la cuchara? ¿Y ambulancia a la ambulancia? Quieres saber más del idioma que aprendes que del tuyo propio. Porque ¿acaso sabes de dónde viene la palabra ambulancia? Yo te lo digo. Del latín, de ambulare (caminar), porque movían a los heridos de guerra de un lado para otro en camillas en los primeros servicios médicos. Pero ¿a quién le importa? Pues cuando aprendes un idioma, ¡a ti! Y le preguntas a un alemán, que te mira como si estuvieses loca. "Keine Ahnung" (ni idea) Te responde, y te mira raro.
Y, entonces piensas que en tu idioma es todo muchiiiiísimo más sencillo. Y no es así. Al menos no siempre. Y a veces me fascina el alemán. Y aquí rompo una lanza a favor del alemán; porque detrás de su apariencia (y no sólo apariencia) complicada, muchas veces tiene un orden, un sentido, una estructura muy marcada. ¿Ambulancia? Krankenwagen : Coche de enfermos. ¿Hospital? Krankenhaus: Casa de enfermos. ¿Toalla? Badenhandtuch: paño de mano de baño... Y así con muchísimos.
Lástima que no siempre sea así de sencillo y de lógico...
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