3 de julio de 2011

Fin de etapa

Tras cuatro días de viaje a lomos del coche de mi hermano he llegado a mi nuevo, y al mismo tiempo antiguo, destino. Destino, al menos, para mi próximo mes y medio.

Atrás ha quedado una ciudad increíble. Maravillosa. La cual solo por el hecho de caminar de un lado a otro, tomar el metro o coger la bici conseguía hacerme sonreír. Pero a pesar de lo inolvidable de la ciudad, puedo asegurar que ella no fue lo mejor de estos últimos siete meses, sino que lo más importante fue, sin duda alguna, la gente que me permitió conocer.Y no me refiero al berlinés en general, que si hay que caracterizarlo por algo (con la dificultad que eso supone) sería por la poca simpatía hacia el "turista" (y lo digo después de visitar países como Suiza, Francia o España durante mi vuelta). Me refiero, sin embargo, a toda esa gente que he conocido allí. Porque todos ellos, aparte de brindarme momentos imborrables (y algún borroso que otro ¿para qué negarlo?), me han enseñado cositas que no se aprenden en institutos ni universidades.




Me llevo grandes momentos, que a su vez esconden grandes historias y espero que grandes futuros planes. Me llevo la felicidad de saber que hay mucha más gente como yo, con las mismas ilusiones e inquietudes, con la misma alegría y amor por lo desconocido. Me llevo, en definitiva, grandes amigos.

Y ahora desde aquí, veo una y otra vez aquellos videos en los que mi yo del pasado saludaba a las tantas de la mañana a mi yo del futuro (que es a su vez mi yo del presente)  y no puedo evitar una sonrisa melancólica.




Porque supongo que hoy, el dicho alemán "mit einem traurigen und einem lachenden Auge"* tiene más sentido que nunca. Mi futuro vuelve a abrirse ante mí, con los brazos abiertos, esperando que yo (o quizás un posible nuevo trabajo) decida mi siguiente paso (aunque, a decir verdad, prefiero pensar que soy yo la que lo decide). 


A modo de terapia, o bien como técnica masoquista (no sé todavía qué pensar) , escribiré mis ultimos posts sobre Berlín, los cuales, a pesar de tener muchas ideas, no escribí por falta de tiempo (o mejor dicho, por preferir invertir mi tiempo con esa gente tan maravillosa a la que conocí, y a quienes mando un beso enorme desde la calurosa Navarra).


1 comentario:

Anisakis dijo...

Que bonito Patri :_)