Os contaré un secreto. Tengo miedo al olvido.
Será porque mi memoria es así, vacilante, duditativa...efímera. Tengo miedo a olvidar. Y a que me olviden. Sobre todo a esto último (¡siempre tan egocéntrica!). Y quizás se debe a que yo, sin querer, olvidé lugares, fechas y personas que un día creí nunca olvidaría. Personas y lugares que, sin duda, en unos momentos de mi vida fueron eso, mi vida. Y sin embargo hoy, cuando miro mis desorganizados cajones de fotos intentado recordar, los nombres se escapan hasta el fondo de mi memoria y los recuerdos aparecen lejanos y opacos en mis retinas. Sonrío nostálgica por aquello (y aquellos) que un día tuve a mi lado mientras sus sonrisas estáticas me mueven por dentro.
Y es que lo que antes parecía inseparable e imborrable, parece hoy lejano y borroso. Tan distante, que por momentos pienso que no fui yo, sino ella, la que estuvo allí, contigo.
2 comentarios:
Pero si de vez en cuando haces este ejercicio de memoria, lo olvidado se recuerda y te rellena el corazón.
hay momentos de la vida que por circunstancias de esta te unes a personas que parecen todo para ti y luego no es que las olvides simplemente haces otra vida y aparecen otras y otras y yo creo que todas tienen recuerdos en tu interior ,algunos vagos pero la vida es asi .cuando de verdad alguien lo quieres de verdad no se te olvida nunca un beso y espero estar en tu vida entre las ultimas
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